Trabajadores de Ripley iniciaron una huelga legal desde las 9 am |
Viña del Mar 6
de agosto.- Cornetas, silbatos y tambores inundan el ambiente de la tienda
Ripley en la esquina de la calle Valparaíso. Vuelan el confeti, la espuma y los
globos. Una bandera negra ondea en todo lo alto. Cualquiera pensaría que los
hombres y mujeres que saltan al ritmo de los silbatos asisten a un carnaval si
no fuera por las numerosas pancartas que anuncian “Huelga Ripley, por un mejor
sueldo”.
Cerca de 900
trabajadores de la tienda departamental Ripley, perteneciente a la razón social
comercial Establecimientos Comerciales Calderón S.A o ECCSA, iniciaron una
huelga legal este martes a nivel nacional en lugares como Santiago, Temuco,
Concepción y Viña del Mar.
Mauricio
Aeschlimann, líder del sindicato de trabajadores de ECCSA en Viña del Mar,
aseguró que en esta comuna son 150 trabajadores los que están en huelga. “Llevamos
doce años sin ningún incremento, los salarios son bajos y tenemos pocos
beneficios en nuestro contrato colectivo” asegura Aeschlimann.
Mauricio Aeschlimann, líder sindical, empuñando su silbato. |
El representante de los trabajadores de ECCSA
en Viña del Mar comenta que “haciendo un promedio los sueldos llegan a 400 mil
pesos chilenos al mes” a penas el doble del salario mínimo actualmente en
Chile.
Por otro lado
la empresa expande sus fronteras e inauguró cinco tiendas en Perú el año pasado
mientras que ha comenzado a abrir sus puertas en Colombia. “Ripley no tiene
dinero para sus trabajadores pero sí para seguir abriendo tiendas en Perú,
Colombia, etc.” reza una de las pancartas pegadas a uno de los escaparates.
La misma
empresa que tiene en total 40 tiendas en Chile, 20 en Perú, que piensa abrir
diez más en Colombia y que según sus propios estados financieros del año 2012
tiene un patrimonio acumulado de 737 mil 357 millones 466 mil pesos, tiene doce
años sin aumentar las remuneraciones de sus empleados.
Las palabras
de Richard, trabajador de Ripley desde hace 24 años, van más allá. “Nos han
dicho también que nos van a bajar la comisión. Hemos esperado doce años para
que nos suban un poco y nada y ahora nos están bajando ¿a dónde vamos?”.
Richard, como
las decenas de trabajadores apostados fuera de la tienda sopla fuertemente con
su silbato y hace ruido con lo que puede. No deja de tocar su silbato ni cuando
se aleja unos metros de la manifestación para dar una entrevista. Sólo lo hace
para denunciar que, contrario a lo que dice la tienda, el clima laboral se ha
vuelto bastante malo.
Coincide
Carlos Tapia quien también es vendedor integral. Él asegura que “el clima
laboral es muy malo porque no han tratado de negociar con nosotros, por eso
estamos haciendo un poquito de presión para que sepan que tenemos dignidad como
trabajadores”.
Del otro lado
se encuentra un par de trabajadoras jóvenes, una es ordenadora y la otra
vendedora. Ellas están visiblemente aisladas del barullo de la huelga. Sus
rostros no reflejan el mismo entusiasmo que el de los demás trabajadores. “Nosotras
lo que queremos es entrar, estando acá afuera nada más perdemos tiempo y dinero.
A nosotras no nos afecta tanto y podríamos estar ganando más adentro, cada día
de huelga nos van a descontar el sueldo”.
Agregan que
con la huelga solamente se exponen a que las despidan. “¿Que si en Ripley son
explotadores? Sí. Pero yo estoy contenta con mi sueldo, me alcanza y me sobra”.
Y su compañera agrega, “el dilema es que sí podemos entrar pero si entramos nos
echamos a todo el sindicato encima, nos linchan”.
En su
opinión, los únicos que quieren la huelga son los trabajadores antiguos y el
único que gana es el sindicalista, sin embargo, el acta de escrutinio de las
votaciones para decidir si ir a huelga o no, arrojó como resultado sólo 3
votos en contra.
Los pocos compradores salían tapándose los oídos para protegerlos del ruido. |
Quienes
tampoco están muy contentos con la huelga son algunos peatones y compradores.
Algunos se tapan los oídos como pueden y caminan más rápido para salir pronto
de ahí. Sin embargo, la mayoría se acerca con curiosidad a las pancartas y mira
con una sonrisa el ambiente festivo de la protesta.
Después de
casi 10 horas de estar parados afuera de la tienda y haciendo ruido, el acto de
los trabajadores ha surtido efecto. Dentro de la tienda los pasillos se
encuentran completamente vacíos. Hay más trabajadores de seguridad con tapones
de oído improvisados con papel dentro de la tienda que clientes.
El perro que amenizó la tarde. |
Afuera es
todo lo contrario, todo es diversión, ruido, baile. Un perro al que le han
colocado una bolsa de Ripley es el encargado de amenizar las últimas horas de
protesta persiguiendo los globos negros de los trabajadores.
Ya el líder
de los sindicalizados anunciaba que de ser necesario la huelga duraría 15 días.
Un trabajador con altavoz repitió que la huelga iba a durar lo que tuviera que
durar y que si era necesario estar de nueve de la mañana a nueve de la noche lo
iban a hacer.
Los empleados
entrevistados coincidieron en que seguramente entre el siete y el ocho de
agosto habrá pláticas con la empresa para tratar de llegar a un acuerdo. Hasta
el momento, sin embargo, Ripley no ha emitido comunicación alguna por los
canales oficiales.
@a_ilizaliturri
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