(NOTA)
Atizapán de Zaragoza, Estado de México.- Cuatro
familias tuvieron que salir de sus autos por la ventana al ser arrastrados por
la corriente de agua que inundó la carretera Lago de Guadalupe a la altura de
la Plaza del Lago a las cinco de la tarde de este domingo.
Las familias abandonaron sus vehículos cuando
el agua los cubría casi en su totalidad y cruzaron la avenida totalmente
inundada, con el agua llegándoles a algunas personas a la altura del pecho.
Rufina Sampedro salió de su camioneta antes de que se llenara por completo de agua. Salió, según relató en entrevista, con su nieta, su nuera y sus dos hijos. Cuando ella cruzó la avenida el agua le llegaba al pecho, sin embargo, con la ayuda de sus familiares logró subir al camellón que en esos momentos parecía más bien una isla.
Dos mujeres cruzaron el rio de agua turbia con
sus niños en los hombros y una persona más abandonó su vehículo mientras era
arrastrado sin rumbo por la corriente. Ninguna persona resultó herida pero las
que quedaron atrapadas en sus autos se mojaron por completo y así tuvieron que
estar expuestas al frio pues ni las autoridades, ni el personal de la plaza
frente a la carretera ni otra persona se ocupó de ellas.
“Veme, estoy temblando, no tengo ropa, deberían
las autoridades por lo menos traernos algo para cambiarnos, para calentarnos.” Eso
era lo que pedía Rufina hora y media después de que tuvo que abandonar su
camioneta inundada, que las autoridades los ayudaran pero ni ella ni alguien
tuvo respuesta.
Otra de las familias afectadas describió así la
situación: “Fue muy difícil cruzar, por la corriente, estaba muy fuerte, pero
sobre todo por los niños”. Ellos compartían la petición de Rufina, que alguien
los ayudara, pero tuvieron que arreglárselas solos.
El joven dueño de un Chevy color naranja al que
la corriente arrastró compartió la opinión de los demás afectados. “Cuando
empezó a flotar el coche salí con mi familia, la niña llorando. Ahorita ya
todos están bien, resguardados después del susto”.
A pesar de la gran cantidad de gente dentro de
la plaza pegada a la ventana para observar los hechos la primera respuesta del
personal del complejo comercial al preguntárseles sobre lo que estaba pasando
fue, “¿Lo que está pasando allá afuera? ¿Qué está pasando?”. La mujer del módulo
de atención no estaba enterada pero poco después llegó el jefe de seguridad
Ernesto Rojas a explicar que sí sabían de la inundación y que estaban “checando
que los vehículos de la plaza pudieran salir”. “Tiene más de una hora que
marcamos a la policía estatal y a los bomberos pero no han venido”.
La policía estatal nunca llegó, tampoco los
bomberos ni la policía municipal. El único representante del gobierno era Luis
Figueroa, un trabajador del Organismo Público Descentralizado Municipal
encargado del agua potable y alcantarillado de Tlalnepantla (OPDM). “Vine a
sacar la basura y a abrir las coladeras pero ahorita no estoy en mi trabajo,
como me tocó llevarme la unidad a mi casa pues me tocó venir”.
Sólo dos horas después acudieron policías de
tránsito y vialidad de Tlalnepantla pero sólo para ayudar a las personas que,
desde horas antes, se pusieron a tratar de dirigir el tráfico. “Tenemos muchos
casos” fue lo único que atinaron a decir al ser cuestionados sobre su tardanza.
Sobre la causa de la inundación los
entrevistados fueron muy claros. “Hace falta que hagan un drenaje eficiente”.
Rufina Sampedro apuntó “nunca ponen un drenaje suficiente, yo vivo en Tultitlán
y año con año es lo mismo, siempre se inunda, pero todo se lo embolsan”. “Esto
está pasando porque no hacen bien los drenajes”, declaró otra de las personas
afectadas.
Luis Figueroa, el trabajador de OPDM señaló la
suciedad en las coladeras como causante. “Las coladeras están llenas de basura,
es lo que hace que se tapen, son dos, una rejilla como de dos metros por uno,
si se tapa esa, con eso se inunda ya”.
Las coladeras, en efecto, estaban tapadas por
la basura. Restos de bolsas de plástico y botellas de refresco impidieron que
el agua bajara al drenaje. Sin embargo, tres coladeras, la más grande de dos
metros por uno como señaló el trabajador de OPDM se mostraron insuficientes
para contener el torrente de agua.
Para los afectados el gobierno es el gran
responsable de la inundación y por eso esperan que se encargue de los daños a
los vehículos. Para fortuna de quienes cuentan con seguro será la aseguradora
quien cubra los desperfectos pero en el caso de Rufina, no se sabe. “No se ni
qué. Yo ni seguro tengo, deberían las autoridades de hacerse responsables pero
no se”.
@a_ilizaliturri
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