lunes, 24 de junio de 2013

Inundación arrastra varios autos en carretera Lago de Guadalupe


(NOTA)


Atizapán de Zaragoza, Estado de México.- Cuatro familias tuvieron que salir de sus autos por la ventana al ser arrastrados por la corriente de agua que inundó la carretera Lago de Guadalupe a la altura de la Plaza del Lago a las cinco de la tarde de este domingo.

Las familias abandonaron sus vehículos cuando el agua los cubría casi en su totalidad y cruzaron la avenida totalmente inundada, con el agua llegándoles a algunas personas a la altura del pecho.
                    
                     

Rufina Sampedro salió de su camioneta antes de que se llenara por completo de agua. Salió, según relató en entrevista, con su nieta, su nuera y sus dos hijos. Cuando ella cruzó la avenida el agua le llegaba al pecho, sin embargo, con la ayuda de sus familiares logró subir al camellón que en esos momentos parecía más bien una isla.

Dos mujeres cruzaron el rio de agua turbia con sus niños en los hombros y una persona más abandonó su vehículo mientras era arrastrado sin rumbo por la corriente. Ninguna persona resultó herida pero las que quedaron atrapadas en sus autos se mojaron por completo y así tuvieron que estar expuestas al frio pues ni las autoridades, ni el personal de la plaza frente a la carretera ni otra persona se ocupó de ellas.

“Veme, estoy temblando, no tengo ropa, deberían las autoridades por lo menos traernos algo para cambiarnos, para calentarnos.” Eso era lo que pedía Rufina hora y media después de que tuvo que abandonar su camioneta inundada, que las autoridades los ayudaran pero ni ella ni alguien tuvo respuesta.

Otra de las familias afectadas describió así la situación: “Fue muy difícil cruzar, por la corriente, estaba muy fuerte, pero sobre todo por los niños”. Ellos compartían la petición de Rufina, que alguien los ayudara, pero tuvieron que arreglárselas solos.

El joven dueño de un Chevy color naranja al que la corriente arrastró compartió la opinión de los demás afectados. “Cuando empezó a flotar el coche salí con mi familia, la niña llorando. Ahorita ya todos están bien, resguardados después del susto”.

A pesar de la gran cantidad de gente dentro de la plaza pegada a la ventana para observar los hechos la primera respuesta del personal del complejo comercial al preguntárseles sobre lo que estaba pasando fue, “¿Lo que está pasando allá afuera? ¿Qué está pasando?”. La mujer del módulo de atención no estaba enterada pero poco después llegó el jefe de seguridad Ernesto Rojas a explicar que sí sabían de la inundación y que estaban “checando que los vehículos de la plaza pudieran salir”. “Tiene más de una hora que marcamos a la policía estatal y a los bomberos pero no han venido”.

La policía estatal nunca llegó, tampoco los bomberos ni la policía municipal. El único representante del gobierno era Luis Figueroa, un trabajador del Organismo Público Descentralizado Municipal encargado del agua potable y alcantarillado de Tlalnepantla (OPDM). “Vine a sacar la basura y a abrir las coladeras pero ahorita no estoy en mi trabajo, como me tocó llevarme la unidad a mi casa pues me tocó venir”.

Sólo dos horas después acudieron policías de tránsito y vialidad de Tlalnepantla pero sólo para ayudar a las personas que, desde horas antes, se pusieron a tratar de dirigir el tráfico. “Tenemos muchos casos” fue lo único que atinaron a decir al ser cuestionados sobre su tardanza.

Sobre la causa de la inundación los entrevistados fueron muy claros. “Hace falta que hagan un drenaje eficiente”. Rufina Sampedro apuntó “nunca ponen un drenaje suficiente, yo vivo en Tultitlán y año con año es lo mismo, siempre se inunda, pero todo se lo embolsan”. “Esto está pasando porque no hacen bien los drenajes”, declaró otra de las personas afectadas.

Luis Figueroa, el trabajador de OPDM señaló la suciedad en las coladeras como causante. “Las coladeras están llenas de basura, es lo que hace que se tapen, son dos, una rejilla como de dos metros por uno, si se tapa esa, con eso se inunda ya”.

Las coladeras, en efecto, estaban tapadas por la basura. Restos de bolsas de plástico y botellas de refresco impidieron que el agua bajara al drenaje. Sin embargo, tres coladeras, la más grande de dos metros por uno como señaló el trabajador de OPDM se mostraron insuficientes para contener el torrente de agua.



Para los afectados el gobierno es el gran responsable de la inundación y por eso esperan que se encargue de los daños a los vehículos. Para fortuna de quienes cuentan con seguro será la aseguradora quien cubra los desperfectos pero en el caso de Rufina, no se sabe. “No se ni qué. Yo ni seguro tengo, deberían las autoridades de hacerse responsables pero no se”.


@a_ilizaliturri

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