(Opinión)
Además de razones de índole lingüística o gramática,
el nombre de Florence Cassez no se puede traducir al tsotsil por cuestiones
políticas. Lejos de encontrar una traducción directa para el término Florence
Cassez, en el idioma hablado por los indígenas que sobreviven en los Altos de
Chiapas podemos hallar un antónimo: Rosa López Díaz. Para explicar de una
manera más didáctica lo anterior me permitiré recurrir al Diccionario de Usos y Abusos Políticos de la Lengua Española en México.
“Florence Cassez [florans casé] s.
dícese de aquella mujer extranjera que siendo pareja sentimental de un
secuestrador y pese a ser reconocida por una víctima de secuestro como cómplice
del mismo queda en libertad y es enviada en primera clase de regreso a Francia
por haberse violado su debido proceso (véase García Luna Films)”. Sobre la definición del término Rosa López, el
citado diccionario que aun no ha sido publicado pero que está presente de facto
en el inconsciente colectivo mexicano dice lo siguiente: “Rosa López Díaz [se desconoce su pronunciación pues el tsotsil no
es reconocido como idioma sino como “dialecto” sin importancia por las
autoridades mexicanas] s. dícese de la mujer indígena que violenta y
arbitrariamente es detenida por personas vestidas de civil y luego, bajo
tortura y amenazas de violación, es obligada a confesar un secuestro que no
cometió para ser condenada a 27 años, seis meses y 17 días de prisión el 15 de
mayo de 2007. Actualmente Rosa sigue en la cárcel.
Como puede verse las similitudes y diferencias entre
los casos de Cassez y de Rosa son más que indignantes. A favor de la liberación
de la francesa se argumentó que no se le había dado la asistencia consular
adecuada. En el caso de Rosa López se dio un hecho parecido pues las
autoridades chiapanecas nunca le ofrecieron un traductor que pudiera explicarle
los cargos que se le imputaban ni lo que bajo tortura había confesado haber
hecho. Otro de los aspectos que permitió el amparo liso y llano que otorgó la
Suprema Corte de Justicia de la Nacion a Florence Cassez el pasado 23 de enero
fue el hecho de que a la detenida no se le remitió inmediatamente a un
Ministerio Público sino que se le trasladó al rancho Las Chinitas para que
hiciera el papel de villana en un montaje televisivo orquestado por Genaro
García Luna con ayuda de Televisa. Pero el debido proceso de Rosa López no se
vio afectado hasta el momento de su traslado al Ministerio Público, se vio
afectado desde el primer instante del operativo pues su detención el 10 de mayo
del 2007 fue arbitraria, cometida por elementos vestidos de civil y con lujo de
violencia. La propia Rosa relata según información publicada por la página
enlace zapatista (enlacezapatista.ezln.org.mx) que mientras se encontraba
sentada en una banca del parque junto a Alfredo, su pareja, la tumbaron en el
piso, la llevaron hasta una camioneta y le vendaron los ojos. Después de esto
la bajaron del vehículo en un lugar que ella identifica sólo con el detalle de
que “tenía hojas secas cubriendo el suelo” para golpearla y torturarla
cubriéndole la cabeza con una bolsa además de impactarla en el estómago a pesar
de su embarazo. La propia Rosa López comenta en un audio subido a internet por
la Red de Medios Libres de Chiapas cómo fue trasladada a una casa, vendada de
los ojos y amarrada para comenzar el interrogatorio sobre una muchacha
secuestrada de nombre Claudia Estefanía de quien Rosa jamás había escuchado.
“Hasta que no digas lo que nosotros queremos que
digas te vamos a dejar de golpear” fue la amenaza que Rosa asegura haber
recibido de parte de sus captores quienes después de seguirla golpeando la
llevaron a otro cuarto donde la desnudaron y la comenzaron a tocar. Hasta ese
momento el tan mentado debido proceso no solamente fue violado sino lo que le
sigue y, de hecho, nunca existió.
Pero aun falta que la autoridad aparezca en escena.
Mientras Florence pasó sus días en prisión en las mejores condiciones posibles,
mismas que incluso le permitieron darse a la tarea de formar un cineclub (algo
que ha sido visto como un gesto filantrópico digno de la emperatriz Carlota por
sus defensores) la indígena tostsil Rosa López sufrió y continúa sufriendo la
violencia institucional que ha llegado a un nivel aberrante. Rosa tenía un
embarazo de cuatro meses al momento de ser detenida, golpeada y torturada y
posteriormente dio a luz a su hijo Nataniel en prisión. A causa de los golpes
recibidos Nataniel, el bebé de Rosa nació con parálisis cerebral y con una
malformación en la columna. Sin embargo, las violaciones a los derechos humanos
más elementales de Rosa y su bebé no terminaron ahí pues a causa de la
negligencia del personal médico del Centro de Readaptación Social para
Sentenciados número cinco en San Cristóbal de las Casas Nataniel murió el
pasado 26 de octubre de 2011.
Florence también gozó de un escenario político
distinto. Apoyada por organizaciones de derechos humanos, políticos y
activistas como Javier Sicilia además del gobierno de su país, pudo hacer
frente a Felipe Calderón y Genaro García Luna. Por el contrario, Rosa López y
otros presos chiapanecos como Alberto Patishtán, encarcelado por ser base de
apoyo zapatista, no han tenido apoyo político ni mediático. Solamente el Centro
de Derechos Humanos Frayba de Chiapas ha mostrado interés en el caso y sólo
cuando en 2011 varios presos políticos indígenas, entre ellos Rosa y Alberto,
hicieron una huelga de hambre La Jornada publicó escuetas notas en sus páginas.
Apenas la semana pasada comenzó a circular una carta
dirigida al gobernador de Chiapas, Manuel Velasco, en la que intelectuales y
especialistas como Fernando Savater y Alfredo Jalife exigen la revisión del
caso de Rosa. Caso que sirve de botón de muestra del racismo y la desigualdad
endémicas de nuestro país en donde existen debidos procesos de primera y de
segunda.
@a_ilizaliturri
Aquí pueden encontrar varios audios. Chequen la página de Colectivo Pozol, miembros de la Red de Medios Libres de Chiapas.
http://www.pozol.org/?p=4455
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