viernes, 9 de mayo de 2014

News Divine: hábitos y costumbres de la corrupción



Foto: CNN


Por: Omar Sánchez

Han pasado casi seis años del operativo “fallido” en la discoteca News Divine donde 12 personas perdieron la vida. Enmarcar la palabra fallido entre comillas, no supone que las cosas se hayan hecho de forma correcta, sino que se realizaron exactamente de la misma manera que se venían haciendo anteriormente. La diferencia: una docena de muertos. Para entender la tragedia de aquel 20 de junio en la Delegación Gustavo A. Madero, más que pensar la cadena de errores de esa tarde, se debe comprender la costumbre de corrupción y la cultura de improvisación que impera en nuestras autoridades y nuestra sociedad.




Los operativos, la UNIPOL y sus dirigentes

El actual director del STC-Metro, Joel Ortega, se desempeñaba desde 2004 como secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal. Fue en marzo de 2008 que ordenó una serie de operativos en establecimientos mercantiles de algunas delegaciones del DF, cuyo objetivo era verificar su correcto funcionamiento. En un comunicado emitido por la misma Secretaria de Seguridad Pública en aquel entonces, se leía textualmente: “que no se ponga en riesgo la integridad de sus visitantes”, en teoría y en ironía, esa era la principal preocupación por la que se realizaban los operativos.

Joel Ortega y Félix Cárdenas. Foto: El Universal
Por otro lado, las ejecuciones de algunos de los operativos (incluyendo el del News Divine) eran realizadas por el Sistema de Coordinación Policial del Distrito Federal (UNIPOL), una comisión creada, por el entonces Jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, cuyo acuerdo fue publicado el 21 de mayo del 2008 en la Gaceta Oficial del Distrito Federal, es decir, un mes antes de los hechos del News Divine. El documento constó de apenas dos páginas que contenían ocho artículos. El primero de ellos dice textualmente “Se crea el Sistema de Coordinación Policial del Distrito Federal (UNIPOL) como una comisión interdependencial permanente que tiene como objeto analizar, planear y evaluar las acciones tendientes a la erradicación de actividades ilícitas, la preservación del orden en los lugares públicos y la prevención e investigación de los delitos en el Distrito Federal”.

Así pues, la UNIPOL empezó a operar bajó la coordinación principalmente de la Secretaria de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal. En ese sentido, el artículo 2 establecía los funcionarios que conformaban la UNIPOL:

I. Jefe de Gobierno del Distrito Federal, quien la presidirá;
II. Secretario de Seguridad Pública;
III. Procurador General de Justicia;
IV. Subsecretario de Seguridad Pública;
V. Subsecretario de Desarrollo Institucional;
VI. Jefe General de la Policía Judicial;
VII. Director General del Estado Mayor de la Policía Judicial; y
VIII. Secretaria Técnica del Gabinete de Gobierno y Seguridad.

Fue apenas una semana después del inicio de actividades de la UNIPOL, que Joel Ortega y el Procurador General de Justicia, Félix Cárdenas, dieron una conferencia de prensa donde anunciaron los logros conseguidos en unos días de trabajo. A diferencia de lo que sucedería semanas después, en esta ocasión los funcionarios acreditaron los hechos al trabajo realizado por las dependencias que ambos dirigían, así como a la coordinación entre ellas. En otras palabras, dieron cuenta de los resultados obtenidos, a nombre de todas las personas a su cargo, es decir, asumieron su rol como cabezas al mando.

Era entonces que el artículo 5 resultaba un buen crédito para Félix Cárdenas y Joel Ortega. El artículo establecía lo siguiente: “Los Mandos Únicos Operativos atenderán a las líneas de mando y acatarán las directrices del Secretario de Seguridad Pública y del Procurador General de Justicia del Distrito Federal, en el ámbito de sus respectivas competencias, y los mantendrán informados inmediata y permanentemente”. Así transcurrió un mes, entre autoproclamados buenos resultados y sin algún hecho que exhibiera las lagunas que existían en aquella coordinación.


La estampida los mató. ¿Cuál estampida?

Foto: quenoserepita.com.ar
Tras los hechos acontecidos en el News Divine, las primeras planas y los titulares de los noticieros hablaron de una estampida que había ocasionado la muerte de nueve jóvenes y tres miembros de la policía. La primera versión de los hechos fue proporcionada por el mismo Joel Ortega. En conferencia de prensa no dejó de dar la responsabilidad de las muertes a Alfrado Maya Ortíz, el dueño del lugar. En este afán, Joel Ortega señaló que de manera lamentable, la administración de la disco había tomado el micrófono y dicho “que se trataba de un operativo policial y que serían detenidos”. 

En un video distribuido por la misma Secretaria de Seguridad Pública se puede escuchar que esas no fueron las palabras de Alfredo Maya. “Vamos a desalojar el lugar. Por favor. El operativo así nos lo marca”. Esas son las palabras que en realidad se pueden escuchar. Asimismo,  se puede apreciar que tal anunció, sólo fue causa de rechiflas y quejas, en ningún momento se puede ver que los jóvenes entraran en pánico y generaran una estampida, como Ortega aseguraba.

Continuando con los hechos, Joel Ortega, hizo hincapié en las condiciones físicas del lugar. Habló sobre las estrechas puertas y pasillos, así como de la salida de emergencia que estaba cerrada y bloqueada por cartones de cerveza. En ese sentido, es inentendible cómo es que el lugar operaba con tales irregularidades.

De vuelta a los mismos videos entregados por la SSP que se contradecían con lo dicho por Joel Ortega, se puede observar cómo jóvenes salen uno a uno del lugar, enfilados por un grupo de uniformados. Los evacuados eran subidos a camiones del transporte público para ser traslados, sin razón jurídica, al ministerio público. Tal vez en este punto se pueda asomar parte de la verdadera razón por la que aquellos operativos eran realizados: la corrupción.

También según las mismas palabras de Ortega, lo realizado ese día era una verificación tras quejas ciudadanas de que en el News Divine se vendía alcohol a menores de edad. Es decir, las únicas personas que podían ser puestas a disposición o ser trasladadas ante las autoridades eran el dueño y empleados del lugar, en ningún momento los jóvenes, muchos de ellos menores de edad, ahí presentes.

Continuando con lo dicho en esa conferencia de prensa, la Delegación Gustavo A. Madero aseguró que el News Divine contaba con la documentación necesaria para encontrarse en operación, incluso con las estrechas salidas y pasillos que Ortega tanto señaló, incluso con la única salida de emergencia, incluso con la ubicación de la misma. Es importante recordar que el News Divine operaba desde el 2005 y ya había sido clausurado, sin embargo, reabrió sus puertas, según la Delegación, con regularidad. 

¿Cómo sucedió que se le concedieron de nuevo los permisos al establecimiento? Seguramente si no hubiera sucedido lo que pasó, aquel 20 de junio el dueño del lugar hubiera tenido que desembolsar una cantidad para que su disco siguiera en funcionamiento, y así todo hubiera seguido con normalidad, con corrupción.

Según una petición de acceso a la información, la PGJ reconoció que no existía un manual para los operativos, por lo que se iban improvisando según las circunstancias. Semanas después el aún procurador dio una lista de 19 errores que causaron la tragedia, todos ellos previsibles si existiera preparación y planeación adecuada, y si el afán de los operativos no fuera el de sacar la mayor cantidad de dinero posible.

Los camiones en los que los jóvenes eran trasladados al ministerio público de manera ilegal eran unidades del transporte público, cuando estos fueron insuficientes los policías obstruyeron la salida en espera a que llegaran más  autobuses de transporte. A mayor cantidad de jóvenes detenidos, mayor oportunidad para la corrupción. Fue así que las personas que se encontraban más cercanas a la salida empezaron a ser aplastadas entre los policías que hacían un tapón y las personas que más atrás tenían la instrucción de salir. Fue en ese punto que 12 personas perdieron la vida.

Esos 19 errores representan más bien 19 de los numerosos malos hábitos con los que se manejan las autoridades en nuestra sociedad. Esos malos hábitos que los altos mandos pasan por alto y permiten que este tipo de tragedias sucedan. Al respecto, basta decir que la mayor condena la paga Alfredo Maya,  ex dueño del lugar, y también basta decir que de hecho los cargos no fueron por las muertes, sino por corrupción de menores, por lo que pasará 29 años en prisión. Asimismo, las demás condenas que recibieron 22 personas, son a bajos mandos.

Es decir, Félix Cárdenas, ex procurador general, Joel Ortega ex secretario de Seguridad quedaron sin condena alguna pues no se encontraron pruebas que los inculparan por los hechos. Aquel artículo 5 del acuerdo para la creación de la UNIPOL resultó simple papel y jurídicamente improcedente. Por su lado, Guillermo Zayas, director de la Unipol y de aquel operativo, resuelve su situación con libertad condicional y no pasó más que unos meses en prisión. Las sentencias que van de cinco a 24 años de prisión se dieron por lesiones culposas y homicidio culposo, entre otros delitos de menor gravedad.


Son 12 las familias que aún esperan justicia y que sobre todo, aún extrañan a sus hijos, hermanos y amigos fallecidos. Son tres los principales altos mandos que no enfrentaron más que renuncias por la presión mediática del momento, pero que ahora gozan de total impunidad ante su inoperancia y complicidad del sistema de corrupción de las autoridades. 

Son 19 los errores que inculpan a todos, menos a los “jefes”, a los que sí se paran el cuello cuando las situaciones van conforme a lo planeado, a los que se esconden y escudan en una salida de emergencia tapada o en un policía que desobedeció sus órdenes. Son 19 los hábitos que aquel día fueron repetidos como se hace siempre, hábitos llenos de incapacidad, falta de seriedad, corrupción y sobre todo estupidez de un sistema que cuida todo menos a sus habitantes, que desprotege a los desprotegidos y que protege a los protegidos. Son nueve los padres “irresponsables” (como muchos han llamado) que permitieron que sus hijos estuvieran en un lugar donde 19 errores los matarían. 

Son 12 los muertos, 12. 

Son 12 las veladoras que siguen prendidas, casi una por error.

Foto: El Economista


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