Viña del Mar 10 de agosto.- A cinco días de que el sindicato de los trabajadores de Ripley, tienda departamental multinacional, iniciaran una huelga legal en todo Chile la empresa no ha dado respuesta alguna a los trabajadores y por otro lado ha contratado a personal de manera ilegal por un mes para sustituir a los empleados en huelga por lo que la Inspección del Trabajo ya aplicó la multa correspondiente.
Según el testimonio de un trabajador de la sucursal de Viña del Mar la multa fue aplicada el viernes por la Inspección de Trabajo. El artículo 381 del Código del Trabajo establece que "estará prohibido el reemplazo de los trabajadores en huelga" y agrega que sólo será posible a partir del día 15 de la misma bajo ciertas condiciones.
"Contrataron a 60 personas pero se fueron varios cuando vieron que el contrato era por un mes, quedaron 34" declaró Richard, vendedor integral con 24 años de experiencia en la tienda. "Por un mes de trabajo, romper la huelga, mejor no te quedái, además es peligroso romper la huelga" agregó Richard sobre la intención de la empresa de contrarrestar la huelga legal.
Mauricio Aeschlimann, líder del sindicato, señaló que a los 34 trabajadores que sí aceptaron ser contratados por Ripley en Viña del Mar "prácticamente los tienen secuestrados, no los dejan salir para nada, ni a comer". Para Aeschlimann la ilegal contratación de personal por parte de Ripley muestra que la empresa nunca estuvo dispuesta a negociar con sus trabajadores.
Y todo indica que la posición de Ripley seguirá en la misma línea pues a pesar de estar sufriendo pérdidas de entre 60 y 70 millones de pesos diarios, como calculó el líder sindical, y a pesar de haber visto casi vacías sus tiendas en una fecha tan importante como el Día del Niño, ningún comunicado oficial ha sido dado a conocer por parte de la multinacional.
Mientras tanto, la huelga legal de los trabajadores de Ripley va para el sexto día y lejos de que se vea disminuida la movilización se ha sumado gente como los jóvenes de la Unión Nacional Estudiantil quienes con mantas y tambores acompañan el incesante ruido que los trabajadores hacen con lo que tienen a su alcance para ahuyentar a la clientela que cada vez en menor número pero se sigue colando por la puerta trasera de la tienda.
"Hay que esperar nomás, hay que estar tranquilos, todavía nos queda pila". Y después de estas palabras Richard se vuelve a entregar a su nueva labor, soplar el mismo silbato que desde el pasado martes no deja de emitir un ruido ensordecedor que se ha vuelto parte del paisaje sonoro del centro de Viña del Mar en esta semana.
@a_ilizaliturri
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