Santiago, Chile 12 de septiembre.- Numerosas
movilizaciones se llevaron a cabo en Santiago de Chile con motivo de la
conmemoración del 40 aniversario del golpe militar que derrocó a Salvador
Allende y estableció la dictadura de Augusto Pinochet por casi 20 años.
El monumento
a Salvador Allende en una esquina de la Plaza de la Constitución, el Museo de
la Memoria y los Derechos Humanos y el Estadio Nacional fueron sede de los
principales eventos que transcurrieron en calma, aunque en la periferia de
Santiago se registraron quema de vehículos, barricadas y cortes de luz así como
enfrentamientos entre carabineros y encapuchados.
Cerca de las
10 de la mañana contingentes de organizaciones políticas y sociales arribaron a
la estatua de Salvador Allende para dejar una ofrenda floral en honor del
“presidente mártir” como llamaron durante las diversas actividades a quien
fuera el jefe de estado chileno de 1970 a 1973.
La candidata
presidencial del Partido Igualdad, Roxana Miranda, depositó un clavel rojo a
los pies de la estatua del ex presidente chileno al tiempo que dijo quedarse
“sin palabras” antes las declaraciones de Sebastián Piñera, actual presidente,
quien dijo que el golpe de estado era “previsible” pues Allende había
“quebrantado la legalidad”.
La Central
Unitaria de Trabajadores (CUT), el Partido Comunista, el Partido Socialista y
la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos entre otras organizaciones
hicieron fila hasta las dos de la tarde aproximadamente para dejar su ofrenda
en la esquina de Morandé y Moneda.
Del otro lado
de la sede presidencial, en la Universidad de Chile un grupo de jóvenes colgaba
mantas y gritaba consignas frente a un notable operativo policiaco compuesto
por tanquetas de agua y autobuses repletos de carabineros quienes apuntaron en
repetidas ocasiones con las tanquetas de agua a jóvenes y reporteros que se
encontraban en la banqueta.
A las cuatro
de la tarde en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos se realizó una
actividad artística. Rodeado de varios pares de sillas vacías un hombre
caracterizado como Salvador Allende pronunció el último discurso del ex
presidente. Después, un grupo de personas con pañuelos blancos ocupó algunas de
las sillas vacías invitando al público a sentarse junto a ellos para leerles
historias sobre detenidos desaparecidos escritas por hijos o nietos de éstos
últimos.
La jornada de
movilizaciones terminó con una masiva concentración en el Estadio Nacional,
lugar que se convirtió en el centro de detención más grande durante los días
siguientes al golpe militar.
“Lo que
estamos haciendo acá es transformar en vida, en futuro y en lucha nuestro país”
dijo Lorena Pizarro presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos. “El tema es ¿qué vamos a hacer mañana? ¿qué futuro es el que nos
vamos a forjar? Debemos poner en el centro la conquista de una democracia
verdadera y acabar con la herencia de la dictadura empezando por la
constitución” agregó la activista.
En contraste
con las pacíficas movilizaciones en el centro de Santiago, se registraron
enfrentamientos, barricadas y quema de vehículos en las poblaciones de la
periferia de la capital. Un taxista entrevistado, habitante de la población de
Peñalolén aseguró que en su casa habían cortado la luz y pudo ver también
autobuses incendiados. “Es una herida que nunca se va a cerrar. Lo peor es que
el mal parido que hizo esto ya está muerto” reflexionó el conductor del taxi
refiriéndose al ex dictador Augusto Pinochet.
Así fue como
terminó la intensa jornada de movilizaciones por los 40 años del golpe militar
en Chile, según la presidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos
Desaparecidos “la conmemoración con más
sentido, con más verdad y con más compromiso que nunca”.
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