Viña del Mar 18 de agosto.- Miles de chilenos salieron a las calles en todo el país este sábado para mostrar su rechazo a dos proyectos de ley que buscan la privatización de las semillas y la liberación de cultivos transgénicos en todo Chile.
El primer proyecto de ley se llama Ley de Obtentores
Vegetales y pretende elevar a rango de ley nacional el convenio UPOV 1991. La
Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales (UPOV) es un
organismo intergubernamental encargado de velar por los intereses de los
creadores y propietarios de nuevas variedades de semillas también conocidos
como obtentores.
El Tratado de Libre Comercio vigente entre Estados Unidos
y Chile obliga al país andino a ratificar el convenio de 1991 de la UPOV que da
más derechos a las empresas o a particulares que pretendan patentar nuevas
variedades de semillas.
Según Joel González coordinador del movimiento Yo No
Quiero Transgénicos en Chile, estas empresas transnacionales “utilizan el
eufemismo de registro de propiedad intelectual, pero es claramente una
privatización de las semillas”.
Según el convenio UPOV 1991 se requerirá la autorización
del obtentor, es decir, de la empresa o del particular que patente la semilla,
para “la producción o reproducción, oferta en venta y cualquier forma de
comercialización” de las semillas.
Este convenio generaría el monopolio de las semillas y,
entre otras cosas, acabaría con el trafkintu, práctica ancestral del pueblo
mapuche.
Jóvenes practican la ancestral práctica mapuche del trafkintu o trueque de semillas. |
Aarón practica junto a unos seis o siete compañeros
precisamente el trafkintu. Sentados sobre el piso de la plaza Sotomayor en el
centro de Valparaíso colocan semillas de distintos tipos en pedazos de papel
periódico, examinan las semillas, las huelen. Uno dice a los demás qué tipo de
semillas trae y los trozos de periódico con las semillas pasan de un lado a
otro en el círculo de jóvenes sentados en torno a la antigua práctica mapuche.
“La idea de los pueblos originarios era intercambiar
todas las variedades de cultivo local con los distintos pueblos, la idea era
potenciarse mutuamente y seguir conservando las semillas”. Para Aarón, la
aprobación de la ley de obtentores vegetales sería el fin de esta práctica pero
además la extinción de la variedad de semillas en toda América Latina. “Nos van
a prohibir el derecho a intercambiar las semillas. Las grandes empresas que patentan
semillas solamente ponen en el mercado una variedad entonces todo el
patrimonio, toda la variedad de semillas por ejemplo de maíz que hay en México
o en Perú se va a perder”.
Además de la privatización de las semillas existe un
proyecto de ley que liberaría los cultivos transgénicos para consumo local ya
que hoy en día los cultivos transgénicos sirven solamente para exportación.
Joel González advierte que los riesgos de la liberación
de los cultivos transgénicos son varias. Desde la contaminación de todos los
demás cultivos por medio del polen transgénico hasta afectaciones a la salud. “Hace
tiempo atrás se rechazó un embarco importante de miel chilena desde Alemania
por encontrarse rastros del maíz Mon810 que es un tipo de maíz que está
prohibido en Alemania”.
Sobre las afectaciones a la salud aun no hay certeza, sin
embargo, Joel relaciona el incremento de enfermedades como el cáncer y la
diabetes infantil al cada vez mayor consumo de alimentos con trasngénicos. “Hay
algunos experimentos con ratas que demuestran que a largo plazo los
transgénicos pueden producir cáncer, afectaciones a los riñones, al hígado”.
Según el coordinador de Yo No Quiero Transgénicos en
Chile, “el 70% de los productos industrializados derivados del maíz, la soya y
la canola son derivados de semillas transgénicas”. Es por eso que Joel cree que
es cuestión de tiempo para que se prueben los daños a la salud de los
transgénicos en humanos.
“El testeo en humanos está en proceso pues tiene que ver
con nuestra alimentación de todos los días. Se podría decir que cada persona en
este momento juega el papel de una rata de laboratorio”.
Será a finales de agosto cuando el Congreso discuta la
Ley de Obtentores Vegetales. Por lo pronto, un sector considerable del pueblo
chileno ya expresó su veredicto: “Yo No Quiero Transgénicos en Chile”.
@a_ilizaliturri
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